7Sep
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Mi mundo ha sido un torbellino durante el último mes y medio; quiero decir, estaba experimentando semanas estresantes de exámenes, planeando un montón de eventos para mi universidad residencial, conocer (aún más) gente nueva, postularse para trabajos en el campus para el próximo semestre y, por supuesto, las finales se avecinaban en el distancia...
Oh, espera, ¿dije ESTÉN? Porque en un momento, estaba charlando con mis amigos sobre cuánto tiempo había antes de la final, y luego, todo De repente, estoy en medio de dicho período final, Ahogándome en ecuaciones diferenciales y física y locura.
Luego, el otro día, después de terminar temprano todos sus exámenes finales, mi compañera de cuarto se mudó y regresó a casa. Mi fantástica, hermosa, pelirroja, tonta e inteligente compañera de cuarto se había ido. Durante ocho meses, nos hicimos compañía y nos reímos juntos cuando la vida iba bien. Dejó la lámpara de mi escritorio encendida durante esas noches en las que volví muy tarde de la biblioteca, y me consoló en esas noches en las que lloraba en mi cama por algunas de las cosas más duras que he tenido que soportar en mi vida.
Pero de repente, ella se fue. No voy a mentir, lloré un poco cuando la vi irse al transporte del aeropuerto con el resto de la gente de mi pasillo. Ahora, toda su mitad de la habitación está vacía, y aunque hay mucho espacio nuevo, es difícil para mí incluso usar su escritorio sin sentirme muy rara.
Ver su mitad vacía de la habitación me sorprendió: mi primer año de universidad está llegando a su fin. ¿Pensaste que el último año de la escuela secundaria va rápido? Hombre, el primer año de la universidad es exponencialmente más rápido. No lo puedo creer. He pasado tanto tiempo aquí, he invertido tanta energía y ahora se acabó. Una vez que termina el período final, empaco mis cosas, veo a mis amigos mayores graduarse y luego me voy a Nueva Jersey. Estaré en casa, y este año, un año de hacer nuevos amigos, aprender nuevas materias a una profundidad increíble, disfrutar del sol de Texas, volver a mi habitación muy tarde en la noche (o temprano en la mañana), y experimentando un crecimiento inimaginable sin precedentes: todo este año loco será un recuerdo, un sueño.
Y mirar el lado vacío de la habitación de mi compañero de cuarto es un recordatorio agridulce de ese sueño, un sueño que ya terminó, pero que continuará durante los próximos tres años.
¿Alguna vez has tenido uno de esos momentos en los que te das cuenta de que la vida se te ha pasado a toda velocidad? ¡Comparte tu historia en los comentarios!