2Sep
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1. Estás desconcertado sobre por qué tu alarma no sonó. Recuerda haberlo configurado, su teléfono se cargó y el volumen estaba alto. ¿Qué tipo de misteriosa falla tecnológica podría haber causado que tu alarma se apagara? NO ¡¿seguir?!
2. O si en realidad es tu culpa, te odias a ti mismo. O te quedaste dormido durante la alarma o perdiste demasiado tiempo mientras te preparabas. Ughhhhh. Lo peor.
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3. Ese momento de pánico cuando miras tu teléfono y te das cuenta de la hora que es. Hay dos tipos de personas en este mundo: el tipo que se levanta de la cama para prepararse en la urdimbre velocidad y el tipo que es como ¯ \ _ (ツ) _ / ¯, lo que sea, ya llego tarde, así que no tiene sentido apresurarse.
4. Es como si el mundo entero estuviera conspirando para hacerte incluso más tarde de lo que ya eres. Llegar tarde ya es bastante malo, así que por supuesto, hoy es el día en que tu hermana está acaparando el baño, te quedaste sin leche para poner en tu cereal y solo puedes encontrar un zapato. Por supuesto.
5. Perder el autobús es lo peor. Porque ahora tienes que pedir un aventón con mamá o papá de camino al trabajo, y no están contentos de que los saques de su horario.
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6. Ni siquiera tienes tiempo para detenerte en tu casillero. Lo que significa que estás cargando tu chaqueta y tu bolso lleno de cinco carpetas voluminosas todo el día.
7. Correr a clase te deja sin aliento. La clase de gimnasia NO te preparó para subir corriendo todas esas escaleras.
8. Inventar una excusa de por qué llegas tarde es realmente estresante. ¿Sigues con la verdad o te arriesgas a hacer una mentira elaborada? ("Siento mucho llegar tarde, pero mi perro se estaba atragantando con un malvavisco y tuve que hacerle la maniobra de Heimlich y llamar al veterinario ..." Sí, no).
9. Temes entrar en clase. Así que planifica su entrada exacta, deslizándose en su asiento lo más silenciosamente posible.
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10. Si tu profesor es un riguroso con la puntualidad, estás un poco aterrorizado. En el mejor de los casos, te dejaron ir con una ceja levantada y un comentario sarcástico como: "Me alegro de que finalmente se unió a nosotros ". En el peor de los casos, se convierten en la profesora Trelawney y te abofetean con detención.
11. Si ha llegado tarde a clase con frecuencia, le preocupa que le bajen la nota. ¿Cómo es justo tener en cuenta las tardanzas al calcular la calificación final? ¿No es suficiente la detención?
12. Estás tan concentrado en no llegar tarde a clase que ni siquiera te miras en el espejo antes de salir de casa. Y cuando finalmente lo haces, estás horrorizado, porque tus calcetines no combinan o tu camisa está al revés o tu cola de caballo tiene un gran bulto.
13. Llegar tarde arruina todo el día. Te sientes distraído y aburrido y no puedes volver a tu mejor juego.