2Sep
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El fin de semana pasado, finalmente pude regresar a Kansas. (No hubo ningún clic con el talón involucrado, ¡más como un viaje de 4 horas!) Fue entonces que comencé a notar que Algunas cosas que experimento casi a diario en la universidad son un poco menos parecidas a la vida real y un poco más Oz-esque. La universidad es una burbuja de ensueño donde la gente piensa, hace y usa cosas muy diferentes. Volviendo a casa, todo parece un poco fuera de lugar. Lo desglosaré por ti. Estas son las principales (y a veces decepcionantes) diferencias entre el mundo real y mi universidad:
En el mundo real…
1. … Usar leggings de leopardo en una fiesta no se considera normal. En la universidad, nunca se menosprecia el uso de atuendos locos para las fiestas, y los leggings son parte de la moda habitual. Este fin de semana usé leggings negros sencillos en la casa y mi mamá me hizo cambiar. Ella dice que la tendencia de los leggings como pantalones es "poco atractiva" y "no muy elegante". Lo admito, probablemente tenga razón.
2. ... las alarmas de incendio normalmente no suenan a las 2 a.m. En la universidad, la gente cocina, fuma y hace quién sabe qué más para activar la alarma de incendios en momentos inoportunos. Fue agradable tener un sueño reparador en casa.
3. ... hay letreros masculinos y femeninos en las puertas de los baños. Las puertas de los baños de mi escuela no están marcadas porque los baños son neutrales al género. ¡Imagínese mi frustración cuando realmente necesitaba ir al baño en Subway y la espera por el baño de mujeres tomó lo que parecieron años para llegar al frente! Tiempo de confesión: Definitivamente usé el baño de hombres.
4. ... las entradas para el cine no cuestan $ 5. Muchas universidades ofrecen descuentos a sus estudiantes para películas, conciertos, restaurantes y más. Cuando tuve que desembolsar nueve dólares por Fácil una durante las vacaciones de otoño, estaba bastante desanimado. ¡Sin embargo, valió la pena!
5. ... lo que hay para cenar no siempre es tu elección. De hecho, fue más fácil cuando mi mamá y mi papá eligieron lo que era para cenar y lo dejaron frente a mí. Sabía que lo que hacían siempre era saludable y no tenía que elegir entre la plétora de alimentos poco saludables del comedor.
¿Ha notado alguna extraña diferencia entre su hogar y su escuela? ¡Deja un comentario a continuación y comparte tus pensamientos!